miércoles, 29 de septiembre de 2010

LA ABUELA DE MARÍA

Miró las mano de la anciana y comprobó que se trataba de una persona que las había utilizado mucho, se puso las palmas en su cara, y notó que aunque estaban arrugadas y ajadas, tenían un agradable calor. Estaba de rodillas, delante de la mujer, que la miraba sin prisas observando cada movimiento sin decir nada, luego los dedos le acariciaron sus mejillas. ;María miro a la señora que sonreía. Con un hilo de voz le dijo: --Te estaba esperando, nunca te he visto, pero sé que vienes a por mí , se que es la hora-- María la miró sorprendida, y le dijo:--No, no soy quien usted cree, soy otra persona-- La anciana sonrió y contestó---Lo sé, hija, pero me gusta dar este tipo de bromas-- María la miro despacio y vio cierta diversión en su cara arrugada,---Es usted, un poco traviesa,--- La anciana, sonrió arrugándose aún mas su cara, --Tu, no me has conocido, pero yo era unas castañuelas,---Le acarició otra vez las mejillas, y luego agrego, ---eres guapa, no dejes que ningún hombre te case, ellos solo quieren una asistenta y alguien que le caliente la cama.--- María, sonrió ---No, descuide, no me atraparán tan fácilmente.---- La anciana separo sus manos y sacó un pañuelo del bolsillo y se lo entregó a María, que lo desenvolvió encontrando un medallón con el retrato de un hombre muy apuesto. María lo cerro y lo envolvió como estaba, dándoselo a la anciana que lo guardo con mimo,--- Este es mi hijo, nació hace cuarenta años en la mitad de un campo, su padre fue el que hizo de comadrón. Solo él y yo lo vimos nacer. Lo lavó en el río y me lo dió. Quiso Dios que se fuera y no lo viera mas. Si algún día encuentras a un hombre que te quiera mas que de asistenta y en la cama, sino que te trate como si tú fueras la única mujer de la tierra, y este a tu lado en los buenos y en los malos momentos, no lo dejes escapar, porque ese es el que Dios quiere como compañero para ti. Y diciendo esto, la anciana entrelazo los dedos encima de su regazo y se quedó traspuesta . María, era su nieta y adoraba a su abuela. La arropo con una manta las piernas y le colocó la toquilla, después le dio un beso en la frente y se marchó.

3 comentarios:

  1. Precioso Toni me ha recordado al poema !la nacencia" de Luis Chamizo

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  2. no, se, pero en ese poema nacen y aqui no

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  3. es verdad que aqui tambien nace un niño. Tienes razón con lo de sa parentesco con la nacencia,Pero antes, muchos niños nacian, donde quiera.
    me alegra que te guste.

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