lunes, 26 de diciembre de 2016

Nuestra mente

La mente es nuestra mejor aliada, de ella surgen nuestros pensamientos y de nuestros pensamientos surgen nuestras emociones que crean nuestra realidad. El individuo es el que tiene la capacidad de utilizar su mente en manera beneficiosa o perjudicial.

lunes, 12 de septiembre de 2016

El regreso de Manuel a pueblo

El regreso de Manuel al pueblo
Caminaba con pasos cansados, hace muchos años que emigro de su tierra, para buscar el pan de sus hijo, que consiguió sacar adelante.
Conforme los hijos fueron creciendo, se ponían a trabajar, y sobrevivieron en una ciudad grande, y cruel.
Los años fueron pasando y los hijos se casaron, en aquella ciudad, que no consiguió hacerla suya, por mucho que se empeño, nunca pudo ser feliz del todo. Sus raíces tiraban de él cada vez mas. 
Y llego la jubilación, y con gran ilusión, planeo su regreso a su tierra natal. Cogió, un bolso grande, y en él metió solo la necesario para el viaje, ni siquiera lo lleno. Así, emprendió su camino de regreso a su tierra, después de 40 años sin verla.
Después haber enterrado a su esposa en aquella ciudad, grande, y sin sentimientos.
Primero fue al cementerio a despedirse y delante de la tumba rezo la única oración que sabia. Puso su mano en la lapida, y mirando el suelo dijo en voz alta
---Fátima de mi vida y de mi corazón, ya llegó el momento que tanto habíamos esperado, siento tanto, que no puedas venir conmigo, pero Dios te llevó y da igual que tu cuerpo, este aquí, en esta ciudad, como en nuestra tierra. 
Me voy, mi amor, me voy para no volver, tus hijos se encargaran de cuidar este lugar donde yace la mujer que tanto quise y se fue.Hasta siempre mi amor. 
Se levanto y echó a andar para la estación de tren.
Llego de madrugada a su tierra. Sus ojos, tenían lágrimas contenidaa., Tomó un taxi que le acerco a su vieja casa, en el campo, que estaba esperándolo, aunque vacía de risas y llantos, allí estaba, la habían violado los ladrones y de lo que quedo, nada encontró, solo, en un rincón, y amarillo por el paso del tiempo, vio un pañuelo con sus iniciales, que en su día su mujer, con cariñlo bordó,
Ahora, si salieron sus lágrimas y rodaron por sus mejillas, cogió el pañuelo, como si se tratara del tesoro mas preciado, estaba, todavía doblado, debió de caerse del cajón, cuando los ladrones ,se llevaron todo.
Se fue al pueblo, en donde las casa se habían convertido en edificios de 2 ó 3 plantas, Ya no había, vestíais por la calle, la plaza estaba vacía, donde antes las personas se reunía, para charlas, no había,nada, solo arboles, que daban sombra a unos banco, 
Cansado y desconsolado, se sentó en un banco, cuando, alguien le llamo-- Manolo tu eres Manolo, ¿verdad,? ¡¡¡como pasa el tiempo, pero no para ti, ¿como te fue en la capital? parece que bien, se te ve, relleno y con ropas buenas--- Manuel vio al hombre que le hablaba y se quedo mirándole para recordarlo,después el hombre le dijo--- ¿no te acuerdas de mi? claro hace tanto tiempo... soy Paco el herrero, ¿no te acuerdas de mi? si, hombre, cuantas veces me trajiste las ruedas del carro.-- Manuel empezó a recordar, 
Cuando lo recordó se levantó del banco y se dieron un apretón de manos y después un abrazo,--¡¡¡¡Que alegría mas grande¡¡ lo que te eche de menos, cuando os fuisteis, ¿ y Fátima? ¿donde esta?--- cuando vio que la cara de Manuel palideció, se arrepintió de haber preguntado,--- bueno, hombre y ¿que tienes pensado quedarte con nosotros o solo es una visita? entonces Manuel se erigió y dijo--- me quedo, pero he pensado que me quedo en el pueblo, mientras arreglo la casa--- Paco le dijo --Te puedes quedar conmigo, Manolo, yo también estoy viudo, pero vivo en mi casa, y alquilo habitaciones, muy baratas, pero a ti no te cobraré, porque a los amigos no se les cobra, ¡¡¡¡Vamos, hombre¡¡¡ sígueme, también vise conmigo Luis. el que tenia una tienda al lado de la iglesia.
Así es como Manuel se encontró con su tierra y su gentes, tan generosos como siempre, su corazón saltaba de alegría, emocionado, con todo los recuerdos que le traían aquellas calles.

miércoles, 20 de julio de 2016

La nacencia de Luis Chamizo

Siempre amaré a ti tierra. Soy parte de ella.
Mil veces escuche esta historia, mil veces que lloro por la emoción
https://youtu.be/4Fh9cwTPgWw

LA NACENCIA

I

Bruñó los recios nubarrones pardos
la luz del sol que s´agachó en un cerro,
y las artas cogollas de los árboles
d´un coló de naranjas se tiñeron.

A bocanás el aire nos traía
los ruídos d´alla lejos
y el toque d´oración de las campanas
de l´iglesia del pueblo.

Ibamos dambos juntos, en la burra,
por el camino nuevo,
mi mujé mu malita,
suspirando y gimiendo.


Bandás de gorriatos montesinos
volaban, chirrïando por el cielo,
y volaban pal sol qu´en los canchales
daba relumbres d´espejuelos.

Los grillos y las ranas
cantaban a lo lejos,
y cantaban tamién los colorines
sobre las jaras y los brezos,
y roändo, roändo, de las sierras
llegaba el dolondón de los cencerros.

¡Qué tarde más bonita!
¡Qu´anochecer más güeno!
¡Qué tarde más alegre
si juéramos contentos!...
- No pué ser más- me ijo- vaite, vaite
con la burra pal pueblo,
y güervete de priesa con l´agüela,
la comadre o el méico -.

Y bajó de la burra poco a poco,
s´arrellenó en el suelo,
juntó las manos y miró p´arriba,
pa los bruñíos nubarrones recios.

¡Dirme, dejagla sola,
dejagla yo a ella sola com´un perro,
en metá de la jesa,
una legua del pueblo...
eso no! De la rama
d´arriba d´un guapero,
con sus ojos roendos
nos miraba un mochuelo,
un mochuelo con ojos vedriaos
como los ojos de los muertos...
¡No tengo juerzas pa dejagla sola!
¿pero yo de qué sirvo si me queo?

La burra, que rroía los tomillos
floridos del lindero
carcaba las moscas con el rabo;
y dejaba el careo,
levantaba el jocico, me miraba
y seguía royendo.
¿Qué pensará la burra
si es que tienen las burras pensamiento?

Me juí junt´a mi Juana,
me jinqué de roillas en el suelo,
jice por recordá las oraciones
que m´enseñaron cuando nuevo.
No tenía pacencia
p´hacé memoria de los rezos...
¿Quién podrá socorregla si me voy?
¿Quién va po la comadre si me queo?

Aturdio del tó gorví los ojos
pa los ojos reondos del mochuelo;
y aquellos ojos verdes,
tan grandes, tan abiertos,
qu´otras veces a mí me dieron risa,
hora me daban mieo.
¿Qué mirarán tan fijos
los ojos del mochuelo?

No cantaban las ranas,
los grillos no cantaban a lo lejos,
las bocanás del aire s´aplacaron,
s´asomaron la luna y el lucero,
no llegaba, roändo, de las sierras
el dolondón de los cencerros...
¡Daba tanta quietú mucha congoja!
¡Daba yo no sé qué tanto silencio!

M´arrimé más pa ella;
l´abrasaba el aliento,
le temblaban las manos,
tiritaba su cuerpo...
y a la luz de la luna eran sus ojos
más grandes y más negros.

Yo sentí que los míos chorreaban
lagrimones de fuego.
Uno cayó roändo,
y, prendío d´un pelo,
en metá de su frente
se queó reluciendo.
¡Qué bonita y qué güena!
¿quién pudiera sé méico?

Señó, tú que lo sabes
lo mucho que la quiero.
Tú que sabes qu´estamos bien casaos,
Señó, tú qu´eres güeno;
tú que jaces que broten las simientes
qu´echamos en el suelo;
tú que jaces que granen las espigas,
cuando llega su tiempo;
tú que jaces que paran las ovejas,
sin comadres, ni méicos...
¿por qué, Señó, se va morí mi Juana,
con lo que yo la quiero,
siendo yo tan honrao
y siendo tú tan güeno?...

¡Ay! qué noche más larga
de tanto sufrimiento;
¡qué cosas pasarían
que decilas no pueo!
Jizo Dios un milagro;
¡no podía por menos!

II

Toito lleno de tierra
le levanté del suelo,
le miré mu despacio, mu despacio,
con una miaja de respeto.
Era un hijo, ¡mi hijo!,
hijo dambos, hijo nuestro...
Ella me le pedía
con los brazos abiertos,
¡Qué bonita qu´estaba
llorando y sonriyendo!

Venía clareando;
s´oïan a lo lejos
las risotás de los pastores
y el dolondón de los cencerros.
Besé a la madre y le quité mi hijo;
salí con él corriendo,
y en un regacho d´agua clara
le lavé tó su cuerpo.
Me sentí más honrao,
más cristiano, más güeno,
"bautizando" (*) a mi hijo como el cura
bautiza los muchachos en el pueblo.

Tié que ser campusino,
tié que ser de los nuestros,
que por algo nació baj´una encina
del camino nuevo.

Icen que la nacencia es una cosa
que miran los señores en el pueblo;
pos pa mí que mi hijo
la tié mejor que ellos,
que Dios jizo en presona con mi Juana
de comadre y de méico.

Asina que nació besó la tierra,
que, agraecía, se pegó a su cuerpo;
y jue la mesma luna
quien le pegó aquel beso...
¡Qué saben d´estas cosas
los señores aquellos!

Dos salimos del chozo,
tres golvimos al pueblo.
Jizo Dios un milagro en el camino:
¡no podía por menos!

jueves, 26 de mayo de 2016

El olvido








Aquellos, que un día fueron admirados. 
Hoy son olvidados- 
Sin mas mal hecho, que el de haber sido honrados.
Pobres de aquellos que de ellos se burlaron. 
Pues no hay mayor castigo que el ser perdonados.
En el destierro me veo por ser admirado
y solo me queda perdonar y ser olvidado.
No quiero, ya mas, de aquel pasado.
es mejor perder, olvidar y seguir siendo honrado.
Antonia

viernes, 11 de marzo de 2016

El viento del otoño, mecía las hojas de los árboles. que susurraban un triste canción...El río, fluía bravo por las gargantas... En su mente, una pregunta...y en su cara, el mapa de su larga vida.... ¿que pasará mañana si me voy?

martes, 26 de enero de 2016

Hoy quiero dar las gracias a mi familia por el apoyo incondicional y el amor que me han brindado durante todo este tiempo que tan mal lo he pasado. Me siento muy feliz. Valoro cada momento que vivo, cada instante, porque se que jamás se volverán a repetir

martes, 5 de enero de 2016

Los reyes Magos

Acordaros que no es el regalo, el presente que te dan, si no, es la persona que te hace el regalo, Ese es el verdadero regalo.
Y también, no es lo material lo que mas vale, si no lo espiritual. Regálame tu tiempo, tu sonrisa, tu amistad.... algo, que sólo tú me puedas dar, y que no se pueda comprar.