viernes, 28 de enero de 2011

a mi padre

Era una fría mañana de enero, mi corazón latía por vivir, y por sentir, me levante temprano, marche a un lugar en los que allí están no pueden hablar, fui a visitar la tumba de mi padre, yo, sola, y con la mano puesta en el frió mármol, los ojos llenos de lágrima, porque aun me duele su marcha, rece las oraciones que me vinieron a la cabeza, esas que te enseñan con baba y con dientes no se te olvidan, me quede quieta, delante de su tumba, en silencio, y un vacío muy, muy grande se apodero de mi, los gallos de la mañana, cantaban a lo lejos, el aire frío, me hacia respirar echando vapor por la boca, y mis lágrimas calientes corrían por mis mejillas, en silencio y dando un ultimo toque al mármol me di media vuelta y comencé andar, antes de irme quise mirar una vez mas, a su tumba, y después continué mi marcha, El débil sol calentaba un poquito mi alma y mi espíritu dolido se quedo un rato en ese sitio, los recuerdos, de mi niñez llegaron, a mi cabeza, amontonándose , todos juntos, y quise ser niña, y quise abrazarlo y besarlo, y quise que él también me abrazara y me sentara en sus rodillas, mientras me decía, -- mi niña, la mi niña-- esa era yo, para el la su niña, la que le hacia reír y de la que decía que seria buena mandando por mi carácter, ¡¡¡¡ cuanto lo echo de menos¡¡¡ mi mente se ofusco, se paro, y sentada en el coche, pensé largamente, que esta vida es muy corta y muy desagradecida, él siempre trabajo como nadie, para que no faltara nada en casa, y a los dos años de prejuvilarse, le entro esa terrible enfermedad  ¡¡¡¡ QUE INJUSTICIA¡¡¡  pero la vida es cruel, y creo que a su modo fue feliz, el siempre estará en mi corazón y siempre le echare de menos, a mi padre querido, mi héroe de mi infancia....siempre con migo.

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