lunes, 4 de octubre de 2010

los chicos

Cada día se levantaba, se duchaba e iba a la instituto.
Como cada día, se pasaba a por su amigo Raúl, que entre los dos sumaba 30 años.
Eran unos adolescentes muy normales, no se consideraban niños pero tampoco adultos, simplemente era ellos mismo, con ilusiones, planes y ganas de vivir. Uno de ellos, Marcos creía en el amor, porque siempre habia visto a sus padres como se miraban con complicidad y cariño , mientras que Raúl no creia en él. Su madre habia sufrido malos tratos por parte de su padre y se habian divorciado. Él vivía practicamente solo. Su madre trabajaba de cajera en un supermercado, y solo la veía por las noches, y para colmo, nunca tenia ganas de hablar, porque estaba cansada. Así una  noche tras otras, se repetía el mismo ritual. Madre que llega, se ducha, hace la cena y se acuesta. Ni tan siquiera cenaba, Raúl , cenaba con la compañía de su televisor y nada mas,
El no echaba de menos a nadie, porque ya estaba acostumbrado a esa forma de vida, así que cuando se juntaban los dos amigo. Marcos no decía casi nada y Raúl le contaba todas sus cosas y con solo los monosílabos de Marcos, ya savia lo que le pensaba
. Juntos se encontraban bien, y cuando volvían del instituto, por las tardes, se sentaban a charlar de sus cosas, en un banco cerca de una cafetería, donde su camarera, una mujer de treinta años, pero con un cuerpo espectacular y escote pronunciado, servía las mesas de fuera, Los chicos, con las hormonas revueltas, además de hablar de sus cosas, no dejaban de mirar a la camarera que ya se había percatado de ello, y a veces se agachaba mas de lo necesario para serví los cafés.
A Marcos no le gustaba esa reacción de la camarera, y bajaba los ojos, para no mirar mas.. Sin embargo Raúl se levantaba del banco, disimuladamente e intentaba ver lo más posible. Después la camarera le sonreía y se marchaba.  A Marcos  le daba vergüenza ajena, pero no decía nada. después de una o dos apariciones de la camarera. Se marchaban a otro banco en frente de una academia de baile, donde bailaba María, la chica mas hermosa y buena a los ojos de Marco, y su amigo lo sabia.
 Dia tras día se sentaban en esos bancos, Uno por amor platónico y el otro por lujuria. Así fueron pasando los días. Un día cualquiera la camarera se acerco a Raul y le ofreció un café, que sin dudarlo lo acepto. Marco  espero en el banco mientras Raúl entraba en el bar, la camarera le dijo---¿como te llamas?--- RAÚL --- la camarera le sonrió y dijo --- Raúl, te presento a mi marido,--- RAÚL, miro a un hombre de casi 2 metros de alto y bastante fuerte llevaba una camiseta sin mangas, un pantalón de camuflaje y botas militare. El hombre le puso su pesada mano en el hombro y le dijo--- Sé que te gusta mi mujer, por eso, te voy advertir de algo, si alguna vez te vuelvo a ver en ese banco sentado, te haré papillas. Raúl, no se acobardo, y le dijo--- No soy el único que se sienta en ese banco al cabo del día.. Le sugiero que en vez de amenazarme a mi, controle los movimientos de ella.- y con esta palabras le dio un manotazo a la mano que estaba en su hombro y se marcho, pero antes de irse dijo--- Su mujer vale tan poco para usted, como una colilla de cigarrillos, si no la tendría bien satisfecha y no iría por ahí llamando la atención --- El gigante salió de detrás del mostrador, hacia el chico, este corrió hacia el banco donde Marcos esperaba y con un gesto le dijo que corriera con él, hasta tres o cuatro calles mas  allá. ---Tío,¡¡¡ que susto me ha dado el cabrón del marido de la camarera¡¡¡, creí que me iba a dar.-- Marcos le puso la mano en el hombre y le miro a los ojos y le dijo-- Las mujeres mayores siempre tienen unos maridos insulso, que no las satifacen en la cama y buscan provocar a todo bicho viviente,--- Raúl lo miró y le dijo--- No, tio, de ti no me creo eso que acabas de decir-- Marcos-- No soy tonto y sé lo que veo, de acuerdo, que no todas las mujeres mayores les pase eso, de hecho. creo que a las menos, pero esa tía del bar es de esas, ¿no te distes cuenta?---Marcos quito la mano del hombro de su amigo.--- Claro que me di cuenta, para eso iba allí, para ver si me caía una breva.-. Ahí se acabo la conversación, después se fueron al banco de al lado de la academia y se sentaron, Pero en es momento, apareció la chica que a Marcos le gustaba y paso a su lado, desprendiendo un aroma a flores silvestre, Marcos se quedo mirandola como si no hubiera visto algo tan hermoso en su vida.  RAÚL, se acerco a la chica y le dijo --Perdona  un momento,-- La chica se dio la vuelta y en vez de mirar a Raúl miro a Marcos--dime,-- Raúl, miro a Marcos y dijo-- si, venga, dile lo que le ibas a decir,--- Marcos con los cachetes mas rojo que su camiseta, le dijo---Hola, mi nombre es Marcos y este es Raúl, y quería que vinieras a mi cumpleaños el sábado a las 8h primero cine y después haburguesas,-- La chica, que también tenía la cara roja, miro al suelo y después dijo---¿ puedo llevar a una amiga?,  Raúl se apresuro a decir.---claro que puedes llevar todas las amigas que quieras,--- La chica miro a Marcos, le sonrió y dijo-- pues hasta el sábado en el cine Filme a las 8h. Adiós -- La chica con los pómulo rojos y calientes se marcho, con un aire al andar que parecía que estaba bailando. Marcos la miro hasta que entro en la academia. Su pulso le latía con fuerza, y  todavía no se creía lo del cine.  Raúl lo miro y  le dio una palmada en la espalda--- Espabila tío, que parece que te callo un bote de tomates fritos en la cara, ja ja ja.--- Marcos lo miro sin haber entendido muy bien lo que le había dicho su amigo, pero como vio que reía, él también rió, pero por otro motivo.

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