viernes, 31 de diciembre de 2010

los últimos rayos del sol del atardecer, se filtraban entre las hojas de los arbole, su mirada era triste y la añoranza, había dejado sus ojos en una cuenca de oscuridad , la piel se pegaba a los huesos de su rostro dando un aspecto lubrube, era, casi una calavera andante

No hay comentarios:

Publicar un comentario