lunes, 28 de noviembre de 2011

El anciano del valle

El anciano, andaba con dificultad, entre las piedras de aquel sendero, que bordeaba su amada montaña. Siempre que regresaba al pueblo, volvía al mismo lugar,  desde donde, se divisaba todo el valle.
 Hoy, a cada trecho, se paraba, su corazón no bombeaba lo  bastante rápido. Cuando por fin llego, gracias a su voluntad y no a su mal trecho cuerpo. A unos pocos pasos de la piedra donde siempre se sentaba, callo al suelo, poco a poco con las manos y sus torpes piernas, se fue arrastrando hasta ella. Sintió como  las piedras le arañaban la piel, como, su cara,  se llenaba de fría tierra  ,  su cuerpo se agotaba. Con sus ojos brillado de felicidad,  , se aferraban a las rocas que discretamente salían del sendero, pero que cortaban como cuchillos, El bastón, reposaba a unos metros de él. Cuando llego,, se volteo en el suelo,  frío  y húmedo, pero eso, a él, no le importaba, , Coloco los brazos  en el suelo,  con las pocas fuerzas que le quedaban y con los ojos cerrados, aguantando el dolor de su cuerpo reumático,logro incorporarse lo bastante.  Abriendo los ojos, ¡¡¡ nunca antes, la montaña, ni el valle, ni los riachuelos que se unían, formando uno solo,  bajando por el valle, con sus aguas cristalina, nunca, pero nunca, le había parecido tan hermoso¡¡¡ sus ojos se humedecieron de la emoción,  sintió como las lágrimas recorrían sus mejillas, y  espasmos hicieron que todo su cuerpo se moviera en sollozos, Lloro desconsoladamente, pero su boca sonreía, el alma  gozaba, siguió mirando aquel panorama sin perder detalle de sus colores, de sus olores, de su brisa, hasta que, su vista se nublo, su respiración se paro y callos al suelo, Su cuerpo yacía sin vida, en su amada montaña,.
 Después despertó, se sentó de golpe, que ya no le dolía nada,  se sentía lleno de energía, Se levantó sin ningún problema, miro hacia a tras y vio su cuerpo en el suelo, pero se miro sus manos y era el muchacho, que fue la primera vez allí, Estaba lleno de vida, Corrió todo lo rápido que pudo, hasta lo mas alto, y después, sin saber porque, siguió corriendo, Pero ya no había suelo, estaba en el cielo, las naves le rodeaban, se acerco a ellas, las toco y el vapor lo cubrió todo, Salto, de un lado a otro, , de aquí para aya, sonriendo, gozando, respirando, Abajo se veía su amado valle, verde y ocre, sus aguas brillado bajo el sol. Se  quedo inmóvil, como hipnotizado de tanta belleza, y así, su alma voló mas y mas alta, hasta desaparecer en el cielo azul, aquella fría mañana  de  hermoso sol.

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