Cuando escucho, este poema, los pelos. se me eriza, las lágrimas, resbalan por mis mejillas, el orgullo, me llena el corazón, ese de ser parte de mi Extremadura. Yo que tanto la amo, yo, que no se vivir en otro sitio, si no con el sol, la brisa, de mi tierra, Extremadura, la Madre y espíritu de unión, en una familia, de tanta gente buena. Mi tierra, mi vida.
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