Un duende estaba atrapado en una bola de cristal, y quería escapar de ella.
Por mucho que lo intentaba, el cristal no se rompía
Un día ,un niño,compro la bola de cristal,sin saber que dentro un duende vivia
Cuando el niño llego a su casa, coloco la bola de cristal al lado del portal de Belén juntos a otros adornos navideños.
La noche de Noche buena, cuando todos dormían, el duende empujo con todas sus fuerzas el cristal de la bola, haciéndola rodar, asta que callo al suelo rompiéndose.
El ruido despertó a la familia, que se apresuraron ha ver que pasaba. Se encontraron a un duende en el suelo,rodeado de cristales, que los miraba feliz.
-- Si me dejáis marchar Volveré y os concederé tres deseos. En agradecimiento por haberme puesto junto al portal de Belén. Donde la magia de navidad, hace que los sueños se hagan realidad,
La familia emocionada, lo dejó marchar.
Este cuentecillo no lo he escrito yo, pero si una personita muy especial.
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